No sé que clase de fechorías habríamos cometido en otras vidas para que el destino nos regalara esa bonita estancia en el "inframundo", a mí de 8 horas diarias durante 3 meses y a algunos otros todavía más.
La vida en el subsuelo resulto ser como una "condena", al menos para mí, no poder ver la luz del día en un montón de horas, allí siempre era de noche y los "habitantes" de este inframundo cada día que pasaba estaban peor de la cabeza, crispados, irritados, en fin que a lo peor nos pasaba como a las plantas, que no podíamos realizar la función de la "fotosintesis" adecuadamente en ese zulo tan oscuro, y cada vez más se nos iba la pelota a casi todos, y como de toda experiencia hay que sacar lo positivo, yo me quedo con los raticos de risas pasados con mi super-compi (gracias nena, si no es por ti me quemo a lo "bonzo" en vivo y en directo en el agujerico del ASI), de las caminatas diarias hacia la "interminable" salida, de las entradas a algún pabellón por la puerta de atrás..., de los "tuperwares" que te negabas a compartir conmigo porque decías que eso era muy "exótico" para ti, "que donde estén unas buenas albóndigas ..., que me hace mi maridito", me veo escribiendo y estoy sonriendo, quizá esté ya curada ...
Y lo que el ASI unió ... que ni se le ocurra separar al hombre.
He dicho.
En la Inmortal Ciudad de Zaragoza, a 23 de Febrero de 2010.
Dedicado a la otra "habitanta" del inframundo, ánimo nena y espero arrancarte una "sonrisita", muchos besos.
Como no voy a hacer comentario, si me tienes amenazada (es broma).
ResponderEliminarPara mí lo peor fue no ver la luz del día y algún personaje, que no personajillo, que me podría haber ahorrado conocer.
Gracias a que llegaste tú en sustitución de mudito, porque sino probablemente hubiese pillado una buena depre.
Muchos besotes y ánimo con el curso.